«La Patagonia rebelde», autocrítica y un «hasta luego»

La Estrategia del Caracol despidió el segundo ciclo de Cine Comprometido proyectando  “La Patagonia rebelde” el pasado 28 de junio. En esta ocasión, Sofía Mateo fue la encargada de introducir este film argentino dirigido por Héctor Oliveira y ganador del Oso del Plata en 1974. Basado en la novela de Osvaldo Bayer, “Los vengadores de la Patagonia trágica”, este largometraje, según Sofía, es una de las grandes creaciones del Nuevo Cine Argentino que muestra a un nuevo héroe colectivo, la clase trabajadora, y uno de los conflictos sociales más duros de la argentina contemporánea.

Sofía presentación

El relato de los hechos acontecidos a comienzos de los años veinte en la provincia de Santa Cruz -la lucha de los trabajadores del campo, organizados en torno a la FORA, contra los terratenientes, así como la violencia desencadenada por parte del gobierno, es el medio elegido por este cineasta para realizar su aportación a esa corriente de cine social latinoameriacano en la que nos hemos movido en este ciclo. No obstante, la película fue tachada de apolítica e introspectiva en comparación con el cine que se estaba desarrollando en aquellos momentos en Cuba.

Desde La Estrategia del Caracol estamos convencidos de que un debate al final de la proyección, con el que poder comparar las películas proyectadas así como ampliar las introducciones realizadas a través de las intervenciones de los asistentes, hubiera sido la mejor forma de poner el broche final al ciclo. Tal vez así hubiéramos podido profundizar en la problemática social que se plantea en el film o discutir acerca de su importancia dentro de esa singular y heterogénea manera de hacer cine, ya que si bien fue criticada por falta de compromiso político, fue asimismo censurada por Perón, primero, y por su mujer Isabel, después.

No es fácil encontrar la fórmula que pueda conjugar una introducción, una proyección y un debate en una misma sesión no demasiado extensa. Este verano La Estrategia del Caracol se compromete a intentar encontrar una solución que haga cada más apetecibles nuestros ciclos. La afluencia a la última proyección nos dio ánimos para intentarlo. Esperamos que estos dos ciclos os hayan servido para reflexionar sobre diferentes problemáticas sociales y sobre distintas maneras de abordarlas desde la gran pantalla.

¡Al finalizar el verano, recibiréis noticias nuestras!

«Memorias del subdesarrollo»

Continuando con la temática de este segundo ciclo, el pasado sábado proyectamos en la Pantera Rossa, “Memorias del subdesarrollo” (1968), de Tomás Gutiérrez Alea.

Presentación Nico

Nicolás hizo una presentación de la misma, contextualizándola en el nuevo cine latinoamericano, pero marcando la diferencia respecto a la película brasileña que visualizamos el día anterior. Ambas pertenecen a la misma corriente cinematográfica pero aportan visiones distintas de la situación socio-política de la época. De hecho, en esta ocasión en lugar de una familia tenemos a un personaje criollo como protagonista, ajeno al proceso revolucionario cubano; por esta razón resulta muy interesante su posición ante el contexto pos-revolucionario: analiza la situación de la población subdesarrollada cubana de una forma aparentemente bastante objetiva; observa el movimiento revolucionario desde una perspectiva lejana, de manera muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver sobre la revolución.

En lo que respecta al director, Gutiérrez Alea recibió muchas influencias de su estancia en Roma, donde estudió, por lo que el “neorrealismo italiano” está presente en muchas de sus películas. Al regresar a América se dedicó al cine documental, pero con el tiempo fue evolucionando hacia el cine de ficción, realizando películas como ésta, en las que mezcla características de ambos géneros.

El próximo viernes completaremos la visión del nuevo cine latinoamericano con la proyección en esta ocasión de una película argentina: “La Patagonia Rebelde”. Pretendemos de esta manera ofrecer una visión general de esta corriente de cine, y os invitamos a completar el ciclo con nosotros este viernes. ¡No os la perdáis!

¡Estrenamos el 2º Ciclo!

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El pasado viernes, 14 de junio, La Estrategia del Caracol presentaba en el local de la Pantera Rossa de Zaragoza su segundo ciclo: Anticolonialismo e identidad. El nuevo cine latinoamericano (1955-1975). En esta ocasión, Nicolás Cisneros fue el encargado de destacar los aspectos más relevantes del ciclo, haciendo hincapié en la voluntad de recuperación de películas poco conocidas que abordasen en su temática la problemática social.

Presentación Nico

En este sentido, el nuevo cine latinoamericano supone la emancipación cultural de la influencia estadounidense (huye del studio system y de los típicos géneros cinematográficos) y su cronología general se podría establecer entre los años ’60 y ’70, iniciándose paulatinamente con la Revolución Cubana y finalizando dramáticamente con el golpe de Pinochet en Chile, en 1973 (no obstante esta periodización orientativa, señaló Nicolás, cada país genera una filmografía propia que responde a su historia específica). En cualquier caso, una característica que definirá el cine que se desarrollará en Latinoamérica en la segunda mitad del siglo XX será la denuncia al sometimiento colonial a través de una renovación no sólo de las temáticas tratadas, sino también de las fuentes que nutrirán dicha temática, como veremos más adelante.

Cris Vidas Secas

 

Una vez finalizada la intervención de Nicolás, Cristina Alquézar presentó la película  Vidas secas, dirigida por Nelson Pereira Dos Santos en 1963 y basada en la novela homónima de Graciliano Ramos, de 1938. Cristina destacó que esta película marca un punto de inflexión en la cinematografía brasileña puesto que supone el inicio del cinema novo que, progresivamente, habría de servir de modelo al conjunto del nuevo cine latinoamericano y como punto de arranque para un movimiento cultural más amplio que abarcaría desde el cine hasta la música (es en este momento cuando se gesta la bossa nova).

 En la búsqueda de la independencia cultural con respecto a Estados Unidos, Pereira Dos Santos volverá la vista hacia el lenguaje cinematográfico europeo y, fundamentalmente, al neorrealismo italiano. De la misma manera que Rossellini rodase en 1945 Roma cittá aperta con una enorme escasez de recursos técnicos (la mayor parte de la película está rodada en colas de película virgen), Vidas secas se realiza de una forma “tradicional”, sin la tecnología de los países capitalistas más desarrollados pero, en palabras de Pereira Dos Santos, “con una buena idea en la cabeza”. Es de esta forma como se construirá progresivamente una cultura visual propia que entenderá el cine como un instrumento de transformación social y como un medio de lucha contra el neocolonialismo y la dependencia tanto económica como ideológica.

Finalmente, Cristina señaló que la historia de la familia de Vidas secas ejemplifica este proceso de búsqueda de identidad al margen de la influencia cultural capitalista, ya que los protagonistas son las clases ignoradas por el cine más comercial y, también, la forma de narrar la historia (el ritmo, los encuadres, la fotografía…) se aleja del lenguaje hollywoodiense que caracteriza el cine occidental contemporáneo.

2. Anticolonialismo e identidad

La proyección de la película «Vidas Secas» abrirá este nuevo ciclo titulado “Anticolonialismo e identidad. El nuevo cine latinoamericano (1955-1975)” con el que pretendemos acercarnos a una corriente de cine social esencial en nuestra agenda comprometida.

Entre mediados de la década de los cincuenta y la década de los setenta se desarrolló en América Latina un movimiento cinematográfico que pretendía denunciar la situación social, económica y política de la región -y el papel que en esta desempeñaba el imperialismo norteamericano-, así como promover una toma de conciencia que sentase las bases para un cambio político. Con el presente ciclo pretendemos explorar esta corriente a través de tres de sus cinematografías fundamentales: el Cinema Novo brasileño, el cine cubano posrevolucionario y el cine argentino de los sesenta y setenta.

Tal y como hicimos el mes pasado nos encargaremos de introduciros cada película antes de su proyección.

¡Os animamos a continuar con nosotros en este nuevo ciclo!

«Danzad, danzad, malditos»

El último sábado cerramos el I ciclo de La Estrategia del Caracol con la película que le ha dado nombre: Danzad, danzad, malditos, que pretende reflejar otros aspectos de la Gran Depresión que afectaron a la sociedad americana. En esta ocasión fue Carlos Adán el encargado de introducir la película con los apuntes que había elaborado nuestro compañero Nicolás Cisneros, quién no pudo asistir a la proyección.

Presentación Carlos

La película está basada en la novela They shoot horses, don’t they?, de Horace McCoy (1935), pero tal y como explicó Carlos, Pollack pretende acercarse a la sociedad norteamericana de los años sesenta (sumergida en una profunda crisis moral), época en que fue realizada la película por la necesidad de mirar el pasado para reinterpretar el presente. Las instituciones democráticas estadounidenses se estaban poniendo en duda coincidiendo con la tesis del “gobierno invisible” controlado en gran parte por la CIA, y con diversas “tramas negras” en las que estaban involucrados tanto la policía como diversos sectores del poder económico. Todo esto quedó reflejado en el cine del momento, caracterizado por la inseguridad y el desencanto de la sociedad.

Por otro lado, la industria del cine intentaba encontrar nuevos públicos a través de un estilo cercano que se aproximara más a la población. Como nos explicó Carlos, esta película presenta una imagen cruel de personas que viven en la miseria e intentan sobrevivir como pueden, bailando hasta la extenuación para conseguir algo de dinero para comer (está basada en hechos reales); es una situación que provoca en el espectador una sensación de profunda angustia, imposible de entender fuera de contexto. Para terminar su exposición, Carlos leyó unas palabras escritas por Nico que expresan muy bien su visión de esta película y que reproducimos a continuación:

“La película es una nueva lectura de la Gran Depresión en la que los protagonistas no huyen de su situación. Gloria y Robert se encuentran atrapados en la cruda realidad de la sociedad capitalista, formando parte de los deshechos del “sueño americano”. Muestra la cara más amarga de la filosofía de vida norteamericana, en la que los personajes se arrastran para entretener a un pueblo que les niega su pertenencia; son víctimas de sus propios sueños, esperando una recompensa que nunca llega. Pero son precisamente esos sueños los que les mantienen atrapados en esa danza perpetua mientras el público se alimenta de su sufrimiento: son víctimas de un capitalismo que les obliga a devorarse entre ellos a cambio de recibir unas simples migajas.”

Esperamos que hayáis disfrutado del ciclo y… ¡nos veremos en el siguiente!

«Las uvas de la ira»

Este viernes, 17 de mayo, La estrategia del caracol proyectaba en la Pantera Rossa de Zaragoza la tercera película de su primer ciclo: Las uvas de la ira de John Ford, 1940. Fue Eduardo Acerete el encargado de presentar la sesión, destacando los aspectos históricos del momento en que la película fue rodada, así como las similitudes que podemos encontrar entre la historia de la familia Joad y el presente.

Edu presentación

En primer lugar, Acerete desarrolló una breve introducción de la película refiriéndose a la adaptación que John Ford realizase de la novela homónima de John Steinbeck, historia que el premio Nobel concibió tras dar forma a varios artículos de prensa escritos en el año 1936.

A continuación, aludió a dos aspectos interesantes: por una parte, el interés que en los años 40, en plena II Guerra Mundial, la cultura estadounidense mostrará por los movimientos populares y los procesos de resistencia, en un claro acercamiento a los planteamientos de la URSS (Eduardo Acerete hizo referencia a películas que, si bien rodadas en los EE. UU., constituían una verdadera oda a la figura de Stalin); en segundo lugar, esbozó los principales factores que motivaron la oleada de expropiaciones agrícolas en Estados Unidos durante los años 30, destacando entre ellos las consecuencias del crack de la Bolsa de 1929, la generalizada concesión de préstamos bancarios a los agricultores para que las granjas continuasen produciendo y la mecanización del campo.

Acerete finalizó haciendo una reflexión acerca de cómo los procesos de expropiación y el deterioro de los derechos sociales son característicos de un momento crítico en la economía, aludiendo a los muchos aspectos que equiparan la crisis de los años 30 con la que actualmente vivimos.

«Si yo tuviera un millón»

El pasado día 8 de mayo, tras la jornada de reivindicación por la educación pública, La Estrategia del Caracol proyectó la segunda película del ciclo Danzad, danzad, malditos: La Gran Depresión a través del cine.

La película If Ihad a million (Si yo tuviera un millón) presentada por Cristina, aunque no trata de forma directa el tema de la Gran Depresión, ni los efectos de la crisis sobre la población, si deja ver la obsesión por el dinero que inundaba a la sociedad norteamericana, que venía sufriendo los efectos de la depresión económica.

Cris película

Como se mostró el día de la visualización, la película no es el mejor ejemplo sobre la Gran Depresión, sin embargo, es muy representativa del período histórico en el que se grabó, desde un punto de vista cinematográfico y desde una perspectiva sociológica.

Por su estructura, la película producida por los estudios Paramount, responde a un formato novedoso hasta la época, que empezaba a tener éxito en cine de la década de los 30: las películas de episodios o “sketches”. If Ihad a million, reunió un elenco de los más destacados directores y actores del momento, consiguiendo dotar al film de una coherencia que se mueve entre el drama y la comedia, en la que cada director dejó su huella, destacando entre ellos el breve pero divertidísimo “sketche” del oficinista dirigido por E. Lubitsch e interpretado por C. Laughton.

Sociológicamente es un reflejo de la obsesión por el dinero, o mejor dicho, por la falta del mismo, que estaba muy presente en el día a día de los norteamericanos. En este contexto, la película da una visión irónica del efecto que el dinero tiene sobre las personas y los anhelos de unos personajes con los que el espectador, que acudía al cine como válvula de escape de la realidad, podía verse identificado.

Quizá el es espectador que observe If I had a million en la actualidad se pueda ver identificado con alguna de las historias y dejándose llevar por sus impulsos más primarios se pregunte, como en la célebre canción del musical El violinista en el tejado, que haría yo si fuera un millonario… .

EL CINE NORTEAMERICANO DURANTE LA GRAN DEPRESIÓN (1929-1939) por Carmen Mainer

Artículo escrito por el caracol cinéfilo, Carmen Mainer, publicado en la revista Fotocinema de la Universidad de Málaga. Se trata de una revista científica de Cine y Fotografía que aborda el estudio, análisis, conocimiento, historia y reflexión sobre el cine y la fotografía. Su trabajo fue el que inspiró la temática escogida por La Estrategia de el Caracol para dar forma a su I ciclo de cine comprometido.

Pinchad aquí para leer y/o descargar el artículo:
Cine en La Gran Depresión por Carmen Mainer

El pan nuestro de cada día

También adjuntamos un par de referencias relacionadas: un disco de Bruce Springsteen que se inspira en la temática de la Depresión en EE. UU. y la novela de Las uvas de la ira, por si a alguien le interesara ampliar sobre el tema.

The ghost of Tom Joad, Bruce Springsteen, 1995.
Las uvas de la ira, John Steinbeck, 1939.