«Si yo tuviera un millón»

El pasado día 8 de mayo, tras la jornada de reivindicación por la educación pública, La Estrategia del Caracol proyectó la segunda película del ciclo Danzad, danzad, malditos: La Gran Depresión a través del cine.

La película If Ihad a million (Si yo tuviera un millón) presentada por Cristina, aunque no trata de forma directa el tema de la Gran Depresión, ni los efectos de la crisis sobre la población, si deja ver la obsesión por el dinero que inundaba a la sociedad norteamericana, que venía sufriendo los efectos de la depresión económica.

Cris película

Como se mostró el día de la visualización, la película no es el mejor ejemplo sobre la Gran Depresión, sin embargo, es muy representativa del período histórico en el que se grabó, desde un punto de vista cinematográfico y desde una perspectiva sociológica.

Por su estructura, la película producida por los estudios Paramount, responde a un formato novedoso hasta la época, que empezaba a tener éxito en cine de la década de los 30: las películas de episodios o “sketches”. If Ihad a million, reunió un elenco de los más destacados directores y actores del momento, consiguiendo dotar al film de una coherencia que se mueve entre el drama y la comedia, en la que cada director dejó su huella, destacando entre ellos el breve pero divertidísimo “sketche” del oficinista dirigido por E. Lubitsch e interpretado por C. Laughton.

Sociológicamente es un reflejo de la obsesión por el dinero, o mejor dicho, por la falta del mismo, que estaba muy presente en el día a día de los norteamericanos. En este contexto, la película da una visión irónica del efecto que el dinero tiene sobre las personas y los anhelos de unos personajes con los que el espectador, que acudía al cine como válvula de escape de la realidad, podía verse identificado.

Quizá el es espectador que observe If I had a million en la actualidad se pueda ver identificado con alguna de las historias y dejándose llevar por sus impulsos más primarios se pregunte, como en la célebre canción del musical El violinista en el tejado, que haría yo si fuera un millonario… .

«El pan nuestro de cada día»

Este primer Ciclo de proyecciones se centra en el cine sobre la Gran Depresión en Estados Unidos, una temática que los componentes de La estrategia del caracol consideraron idónea para dar inicio a su andadura, ya que permitía a un tiempo el análisis histórico-artístico de películas clásicas y la mirada crítica sobre el presente que actualmente vivimos. Carmen Mainer dividió el ciclo en tres grandes bloques: un primero constituido por los films El pan nuestro de cada día y Si yo tuviera un millón, un segundo para Las uvas de la ira y un tercero correspondiente a Danzad, danzad, malditos.

Proyección Carmen

Esta organización, explicó, se debe a los cambios que, si bien las cuatro películas tratan la misma temática, se pueden observar en función del momento en que fueron rodadas: de esta manera, las dos primeras están rodadas en plena Depresión (1934 y 1932, respectivamente), por lo que se encuentran íntimamente ligadas al contexto social y cultural que describen. En Las uvas de la ira, rodada en 1940, apreciaremos cómo la temática de la crisis económica sirve, en cierta medida, como metáfora de la necesidad de cohesión de la sociedad estadounidense ante la amenaza de la II Guerra Mundial (recordemos que el ataque a Pearl Harbour tiene lugar en diciembre de 1941). Por último, destacó la pertenencia de Danzad, danzad, malditos (1969) a la corriente crítica que caracterizará al cine de la segunda mitad de la década de los sesenta, coincidiendo con el auge del movimiento estudiantil y con el rodaje de películas como Bonnie & Clyde, rodada por Arthur Penn en 1967.

En cuanto al comentario de la primera película del Ciclo, Carmen Mainer hizo hincapié en el estrecho vínculo que existe entre su argumento y la política cultural que Roosevelt desarrollase en el contexto del New Deal, a partir de 1933. Dicha política pretendía, a grandes rasgos, la regeneración psicológica y moral de la sociedad a través de una campaña de sensibilización y persuasión, haciendo renacer la confianza en el afán de mejora del individuo y, al mismo tiempo, en la capacidad de restablecimiento del sistema. En este sentido, señaló que el cine fue uno de los instrumentos principales para llevar a cabo esta estrategia de “reforma ideológica”, siendo El pan nuestro de cada día una película paradigmática que exalta los valores de la fe, la confianza, la esperanza y la solidaridad como bases indispensables para la conseguir la prosperidad. Sin embargó, destacó que la película trasciende la mera superficialidad de un panfleto propagandístico, ya que ahonda magistralmente en el conflicto social dando pie a la reflexión del espectador.

1. Danzad, danzad, malditos

Con el Ciclo titulado Danzad, danzad, malditos. La Gran Depresión a través del cine pretendemos, a lo largo de las cuatro sesiones programadas, ofrecer la posibilidad de asistir (o “reasistir”) a la proyección de clásicos que, más o menos conocidos, abordan desde diferentes puntos de vista las repercusiones que el crack de 1929 tuvo en la sociedad norteamericana de los años 30. Sin embargo, el Ciclo no busca circunscribirse a la recuperación de películas “olvidadas”, sino que trata de servirse de ellas, de las temáticas tratadas y del lenguaje cinematográfico utilizado, como instrumentos con los que invitar al espectador a observar y analizar críticamente nuestro presente actual.

De esta manera, antes de cada proyección dedicaremos unos minutos a presentar  brevemente la película haciendo hincapié en los aspectos histórico-artísticos más destacables (el momento en que fueron rodadas, las circunstancias históricas que determinaron su realización, la forma de tratar el argumento…), así como poniendo en relieve los nexos de unión que podemos encontrar con la actualidad.

¡Esperamos que el Ciclo sea de vuestro interés y os animamos a acudir!